El exmandarario participó este miércoles del segundo capítulo de “Diálogos de Cambio con el Grupo de Puebla” que dirige el chileno Marco Enríquez-Ominami. En el conversatorio también participó la asambleísta ecuatoriana Gabriela Rivadeneira.
El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, junto a la asambleísta de su país, Gabriela Rivadeneira, participaron este miércoles del segundo capítulo de “Diálogos de Cambio con el Grupo de Puebla”, conversatorio impulsado por el grupo de líderes progresistas de Iberoamérica, y que dirige el chileno Marco Enríquez-Ominami.
En la instancia, Correa apuntó a la mala gestión que el actual Gobierno de su país, dirigido por el presidente Lenín Moreno, ha tenido respecto a las medidas económicas y sanitarias para enfrentar la propagación del Covid-19, detallando que “hay países que están viviendo una catástrofe y eso es producto de los malos gobiernos”.
En la misma línea, la asambleísta nacional dijo que en su país “la gente se está muriendo por una pandemia pésimamente tratada, la gente se está muriendo de hambre y cambiar los gobiernos vienen a ser parte fundamental, no solo de Ecuador, sino también en los gobiernos de América del Sur.
Correa también reiteró que su nación vive “la peor emergencia del siglo con el peor gobierno de la historia”, aseverando que “aprovecha esta crisis tan grave no para enfrentar la pandemia, sino para aplicar su fundamentalismo”.
Sobre los próximos comicios en Ecuador, programadas para febrero de 2021, el exmandatario aseguró que “es una falacia que, por la pandemia y los problemas económicos, haya que suspender las elecciones, quieren ganar tiempo para eliminar las fuerzas progresistas”.
E insistió en que “los que nos dicen que no se puede ir a votar, nos dicen que sí se puede ir a trabajar”, mencionando –también- que cualquier llamado a una unidad nacional “es una cortina de humo” y solo busca “mantener un silencio cómplice”.
Por último, Rafael Correa apoyó la iniciativa de cohabitación en América Latina que ha venido impulsando el chileno Marco Enríquez-Ominami, argumentando que “una acción colectiva regional, la integración, no solo habría sido extremadamente útil y extremadamente deseable e indispensable”.
En esta materia, el exmandatario aludió a la existencia de UNASUR en 2009, cuando apareció la epidemia de H1N1, mencionando que en esa ocasión se reunieron “los ministros de salud y tuvimos una estrategia regional contra el virus”, que funcionó muy bien.
“Ahora, qué hizo Perú: movió a sus militares a la frontera para que no pasen los ecuatorianos contaminados; movieron tanques para combatir el virus. Da pena ver lo que han hecho en tan poco tiempo en América Latina. Por supuesto que, con una integración, esto habría marchado de mucho mejor manera. Una acción coordinada regional hubiera ayudado muchísimo”, insistió, Correa, puntualizando que el intercambio de especialistas o compras médicas en conjunto habrían facilitado en mayor medida, una buena estrategia para enfrentar la crisis actual.