Bajo el lema, “En Unidad Avanzamos” , el Grupo de Puebla, que fundara y coordina Marco Enríquez-Ominami, convocó en Puebla, México, a la candidata presidencial mexicana y a altas autoridades políticas de la región.
En su IX Encuentro, el Grupo de Puebla, espacio de coordinación de 67 liderazgos políticos de América Latina, el Caribe, España y Portugal, y que coordina el ex candidato presidencial y líder progresista, Marco Enríquez-Ominami, reunió en la ciudad de Puebla, México, a cerca de 140 líderes políticos de 21 países, entre miembros del Grupo de Puebla, observadores e invitados especiales, para abordar con una mirada común desde América Latina, a los principales desafíos geopolíticos mundiales.
Entre los invitados, destacaron la candidata y altamente probable futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum, el presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, el Canciller cubano, Bruno Rodríguez, la Vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, el ex Presidente y actual candidato presidencial de Panamá, Martín Torrijos, los ex Presidentes Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, Ernesto Samper, de Colombia. Además, varios Presidentes en ejercicio enviaron saludos al encuentro, como Pedro Sánchez, de España; Alberto Fernández, de Argentina; Gabriel Boric, de Chile, y Gustavo Petro, de Colombia, entre otras altas autoridades.
Durante tres días de intensos debates y discusiones, los líderes del Grupo de Puebla abordaron cuestiones cruciales que afectan a la región y al mundo. En su declaración final, destacaron la necesidad de una integración regional más profunda para defender la autonomía, la dignidad y la seguridad material de los pueblos latinoamericanos y caribeños. También hicieron un llamado a la reactivación de UNASUR y destacaron el papel de CELAC en la promoción del diálogo y la cooperación en la región.
El Grupo de Puebla abogó por la creación de una nueva arquitectura financiera adaptada a las necesidades de la región, incluyendo la propuesta de una moneda común para el intercambio comercial y una nueva institucionalidad para abordar las necesidades financieras. Esto es visto como un paso importante para reemplazar el modelo neoliberal por un modelo solidario de desarrollo, centrándose en la inclusión social, la generación de valor y la transición ecológica y energética.
Además, el Grupo de Puebla destacó la urgencia de abordar la crisis climática y exigió a los países desarrollados que ratifiquen los protocolos y acuerdos globales de cuidado medioambiental. Se comprometieron a promover y difundir acciones que permitan la concreción de los Acuerdos de Escazú.
En términos de relaciones internacionales, el Grupo de Puebla llamó a Ucrania y Rusia a decretar un cese temporal al fuego y explorar la posibilidad de un diálogo en busca de la paz, siguiendo las propuestas de varios líderes internacionales, incluyendo al Papa Francisco.
En su declaración, el Grupo de Puebla denunció la guerra jurídica o lawfare, que continúa suprimiendo los liderazgos progresistas en la región, región, como ha ocurrido en los casos de Cristina Fernández, Rafael Correa, Luiz Inácio Lula da Silva, Evo Morales y Marco Enríquez-Ominami, entre otras y otros. Destacan así mismo, los esfuerzos del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD), creado por el Grupo de Puebla para visibilizar el lawfare y trabajar infatigablemente por la soberanía jurídica y el respeto a los Derechos Humanos.
También condenaron las medidas coercitivas y unilaterales contra Venezuela y Cuba, considerándolas violaciones de los Derechos Humanos y actos que golpean a los más vulnerables. Además, expresaron su preocupación por el injerencismo de la OTAN y la exacerbación de conflictos geopolíticos.
El IX Encuentro del Grupo de Puebla refleja el compromiso continuo de los líderes y lideresas progresistas de la región en trabajar juntos para construir una Iberoamérica más justa, unida y sostenible, y a seguir abogando por políticas y acciones que promuevan la igualdad, la justicia social y la prosperidad para todos los habitantes de la región.