Como todos los miércoles, en un nuevo capítulo de Diálogos de Cambio con Grupo de Puebla, moderado, en esta oportunidad, por la jurista brasileña Carol Proner, se debatió sobre el inédito proceso constituyente en Chile, el que por primera vez, estará amparado por un proceso democrático. Los invitados fueron el ex senador chileno, Carlos Ominami, y el abogado, ex jefe de Gabinete de Ricardo Lagos y asesor del gobierno de Michelle Bachelet, Harold Correa.
En la instancia, se abordó las complejidades y los riesgos que enfrentan las fuerzas progresista en este proceso, y la profunda incertidumbre ante el clima de movilizaciones y violencia que rodean este proceso que comienza con el plebiscito del próximo 25 de octubre.
“El presidente Sebastián Piñera dice que hay un compromiso de que el plebiscito será transparente, participativo, informado y seguro. Sabemos que en las calles de Chile está otra vez la gente en la calle. Ha sido tremendo ver al pueblo, los jóvenes y las formas de protestas, pero también la forma de la represión bastante dura y especial, algo que está siendo muy observado de forma bastante atenta desde América Latina. Creo que en un proceso como este se va acumulando y las calles demuestran que hay movilización para reivindicar derechos fundamentales y cambios importantes”, introdujo Carol Proner.
Por su parte, el abogado Harold Correa dijo que “si estamos en marcha en un proceso constituyente ¿por qué razón, a pesar de la pandemia, volvemos a ver manifestaciones políticas en las calles? Eso tiene que ver con el origen del proceso constituyente. Eso es uno de los primeros riesgos de las fuerzas progresistas: que no entendamos bien el origen del proceso. Existe hasta el día de hoy que el movimiento social chileno no tiene una conducción política ni una demanda concreta, son muchas demandas con micro liderazgos que enfrentan al poder establecido”.
“Tenemos que entender que este proceso es desde la política, que canalizó con bastante éxito hasta ahora el movimiento social en un proceso constituyente, pero no desencadenó el proceso constituyente. Los partidos políticos tienen que entender que aún hoy la demanda está en las calles, y está demandando con mayor nitidez una reflexión en torno a la nueva constitución. Ahí hay un desafío enorme, porque el riesgo de no determinar bien cuál fue el impulso constituyente real, nos puede llevar a errores políticos en el trabajo político para conducir la demanda ciudadana en la formalidad del proceso constituyente”, reflexionó Correa.
Por otro lado, el exministro y exsenador, Carlos Ominami, explicó que “para aprobar las normas, se van a necesitar ⅔ de los votos en la convención. Esta fue la concesión que se le dio a la derecha para que entraran a este proceso. Ellos entienden que si tiene ⅓ tienen la capacidad de vetar todas las normas que no les convengan. Ahí tenemos un gran riesgo, de que esta Constitución termine siendo un documento de los mínimos, donde en las cuestiones más controversiales podamos terminar con vetos cruzados. Por eso es muy importante que se haga un esfuerzo de renovación de los elencos, de manera de darle mucha potencia a la elección de estos representantes. Uno puede equivocarse en una elección de alcalde, en este caso, una equivocación puede durar cuarenta años”.