Por Víctor Osorio Reyes
El autor es director ejecutivo de la Fundación Progresa
No pocos resultaron sorprendidos por una publicación del ex candidato presidencial Marco Enríquez–Ominami en sus redes sociales: en el 2002, los diputados de Renovación Nacional (RN) habían presentado una iniciativa para posibilitar que los afiliados retiraran el 10% de sus fondos de las AFP. “Nada dijeron en contra Lavín y Piñera. Les parecía lo responsable”, escribió.
Es rigurosamente efectivo. En la Sesión Ordinaria N° 30, Legislatura N° 347, desarrollada el miércoles 14 de agosto de 2002, los diputados de RN presentaron el Proyecto de Acuerdo N° 83, que planteaba “el retiro de un porcentaje estimativo de un 10 por ciento de los fondos desde las cuentas de capitalización individual obligatoria”. El presidente de RN era entonces el actual Primer Mandatario, Sebastián Piñera. Por otro lado, Joaquín Lavín era el Alcalde de Santiago, luego de haber presentado su primera candidatura presidencial un par de años antes.
Este proyecto fue presentado por los diputados Carlos Hidalgo, Pedro Álvarez–Salamanca, José Antonio Galilea, Carlos Vilches, Alberto Cardemil, Roberto Delmastro, Alfonso Vargas, René Manuel García, Nicolás Monckeberg y Mario Bertolino. También lo apoyaron los congresistas Francisco Bayo, Pablo Galilea, Osvaldo Palma y Lily Pérez.
Del grupo, Galilea y Monckeberg fueron Ministros de Piñera, Vargas fue Subsecretario, y Cardemil es hoy Seremi en la Región del Maule. Pablo Galilea luego de ser Subsecretario y Gobernador, es ahora Jefe de la División de Gobierno Interior. El proyecto fue respaldado, además, por Waldo Mora, entonces del Partido Demócrata Cristiano y luego Intendente en el primer período del actual Mandatario.
A continuación, reproducimos en forma íntegra el contenido del Proyecto de Acuerdo:
“Considerando:
1.Las graves dificultades económicas que enfrenta nuestro país, por circunstancias que afectan a la economía nacional e internacional.
2.Los malos resultados y el escaso impacto de las medidas adoptadas por la autoridad económica para la reactivación de la demanda interna, a pesar de los esfuerzos realizados en esa dirección.
3.Que no se vislumbra el crecimiento necesario y una clara recuperación de la economía nacional e internacional, teniendo especial consideración de los acontecimientos ocurridos en el contexto regional latinoamericano.
4.Que en función de lo anterior y dada la crítica situación de las personas durante los últimos cinco años, el nivel de cesantía actual y su previsible aumento para los próximos meses, se agravará la situación de los hogares y familias chilenas.
5.Que hace 21 años, los chilenos han cotizado a través de las administradoras de fondos de pensiones (AFP), aportes que han ingresado en sus cuentas de capitalización individual.
6.Que lo anterior determina un gran volumen de ahorro nacional en el sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), alimentadas a través de las cuentas de capitalización individual de las personas, en la que se encuentran, por ley, obligados a cotizar e impedidos de hacer uso de los fondos acumulados.
7.Que resulta ineludible para la economía chilena encontrar fórmulas que aumenten la demanda interna.
8.Que es evidente la conveniencia de financiar el consumo mediante la utilización de fondos de ahorro y no por aumento del gasto público.
9.Se hace necesario utilizar eficientemente los recursos existentes, tanto públicos y privados, a través de herramientas disponibles para dar un fuerte impulso a la demanda interna; como consecuencia, ésta generará mayor confianza en las empresas e inversionistas, provocando el círculo virtuoso del crecimiento de la economía, por tanto, debería disminuir el desempleo en el país.
10.Que una buena iniciativa es la de utilizar parte de los fondos acumulados, invertidos en el extranjero por las AFP, propiedad de los cotizantes, en estimular la demanda interna en bienes y servicios determinados que representen un impulso a la actividad económica.
11.Que, para permitir el retiro de un porcentaje, estimativo de un 10 por ciento de los fondos desde las cuentas de capitalización individual obligatoria, se requiere de una ley que modifique las disposiciones correspondientes del decreto ley Nº 3.500, que estableció el nuevo sistema de pensiones.
12.Que estos retiros sean voluntarios, por un tiempo determinado, por una sola vez y puedan ser destinados a los sectores Vivienda, Salud o Educación. Con esto se estaría trayendo, a valor presente, una mejor calidad de vida de las personas. Por tanto, existiría una compensación natural, al obtener un mejor bienestar de las personas antes de su jubilación.
13.Que estos retiros pueden ser gravados; por tanto, el fisco obtiene una recaudación tributaria que no está contemplada, y que le permitirá cumplir diversos programas.
La Cámara de Diputados acuerda:
Solicitar a su Excelencia el Presidente de la República que impulse las propuestas legislativas que permitan que los afiliados y cotizantes de las administradoras de fondos de pensiones puedan optar a realizar un retiro, por una sola vez, de sus fondos administrados por dichas instituciones, que se encuentran invertidos fuera de Chile”.
Es interesante advertir que “las graves dificultades económicas que enfrenta nuestro país, por circunstancias que afectan a la economía nacional e internacional” eran el fundamento de la iniciativa. Por cierto, hoy Chile enfrenta aún más graves dificultades económicas.
Para hablar a favor, hizo uso de la palabra el diputado Hidalgo. Reproducimos también en forma completa su intervención:
“Señor Presidente, la idea del proyecto de acuerdo es aliviar la situación que viven muchos chilenos debido a que el país ha decrecido en los últimos cuatro años y tiene una expectativa de crecimiento para el 2003 similar a la de éste. La idea es permitir el retiro del 10 por ciento de los fondos de las cuentas de capitalización individual obligatoria para ser destinados a tres sectores claves de la economía: vivienda, educación y salud. Con ello, sin esperar a jubilar, muchos, especialmente de la clase media baja y media, que son los que más sufren hoy, mejorarían sus expectativas.
La iniciativa, sin duda, beneficiaría a miles de chilenos de los seis millones y medio de afiliados a las administradoras de fondos de pensiones, de los cuales tres millones y medio son cotizantes.
La experiencia de nuestros antecesores y de nuestros progenitores nos ha enseñado que, con una mejor calidad de vida, especialmente en la etapa productiva de las personas, se logra una mejor vejez. Se envejece como se vive.
El ejemplo gráfico al respecto me lo dio una persona de cuarenta y nueve años con exceso de peso –más de ciento treinta kilos–. Me preguntó: “Señor Hidalgo, ¿cuántos años más tendré de vida?”. Le dije que no era doctor; por tanto, desconocía la respuesta; pero que las expectativas de vida son de ochenta años. Me dijo: “Résteme diez por lo que tengo encima. Si me opero, puedo bajar treinta o cuarenta kilos y vivir diez años más”. Eso es calidad de vida a valor presente.
Lo mismo se puede hacer en educación. Con mejor preparación, se logra una rentabilidad propia mayor y una vivienda mejor para compartir con la familia. Insisto, se envejece como se vive.
En los cinco meses como diputado, me ha impactado la evaluación que, en general, tiene la gente de la labor parlamentaria, la que, sin dudas, está acrecentada por la prensa. Se esperan iniciativas que solucionen problemas en forma rápida y eficaz. Pero, frente a las de este tipo, existen ciertas aprensiones que trataré de dilucidar.
Primero, se sentaría el precedente de que, si hoy se retira, mañana también. Si el país creciera sobre el 7 por ciento, como ocurrió hasta 1997, no habría posibilidad como ésta; pero el decrecimiento de los últimos cuatro años, especialmente de 2002 y el que se espera para 2003, hace imperativa la aprobación de esta iniciativa.
Eventualmente, con los años, el fisco tendrá que garantizar el pago de una pensión mínima. Por ello, el proyecto de acuerdo es perfectible, y el 10 por ciento de los fondos que se retiren puede ser devuelto en los años de vida de las personas respecto de la fecha de jubilación.
Siempre es fácil criticar las buenas ideas y muy difícil defenderlas, pero en reuniones con economistas, empresarios y colegas nos hemos convencido de que es necesaria la iniciativa. Se envejece como se vive: es un hecho irrefutable.
He dicho”.
El proyecto de acuerdo fue rechazado, luego de una votación en la que se registraron 34 votos a favor, 35 en contra y una abstención.
Fuente: Crónica Digital