El Grupo de Puebla, organización que cuenta con 48 líderes integrantes de América Latina, España y El Caribe, en conjunto con la Fundación Friedrich Ebert de Alemania y su proyecto #TomaPartido, realizó su tercer taller de trabajo, un espacio de discusión que en cada sesión reúne a expresidentes, excacilleres, juristas del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD) y congresistas del Grupo Parlamentario Progresista Iberoamericano, que depende del Grupo de Puebla, entre distintos líderes y invitados de distintos países de todo el mundo. En esta edición se debatió sobre “El avance de la derecha: Crisis de representatividad, intereses fragmentados y retos para la democracia” y contó con las exposiciones de Boaventura do Sousa Santos, doctor en Sociología del derecho de la Universidad de Yale, y la doctora en Ciencia Política de la Universidad de San Pablo, Camila Rocha.
El expresidente de Colombia, Ernesto Samper, al introducir al seminario, dijo que “hay algunos dilemas que por supuesto tendrán que resolverse, por ejemplo, quién paga la factura social de la pandemia ¿la van a pagarlas víctimas de la pandemia o los de sectores que se enriquecieron con la pandemia? Segundo, es verdad el dilema entre economía y vidas en el caso latinoamericano. Un 50% de los trabajadores tienen un trabajo informal que tienen que vivir de la calle o en la calle. tienen amenazada su vida tanto dentro de la casa como fuera de ellas. La tercera, cómo hacemos nosotros para hacer compatible el paso de la pandemia al futuro”.
Marco Enríquez-Ominami, fundador del Grupo de Puebla, quien abrió la jornada comentó que “hoy debatimos, en medio de esta dificultad, golpeados por este virus letal, y ad portas de una seguidilla de elecciones en América Latina: Bolivia este domingo, Chile el domingo subsiguiente, el primer referéndum constitucional en 210 años de existencia; la de Estados Unidos, que sabemos que es radioactiva, controversial, trascendente, y por tanto se hace fundamental dialogar sobre el avance de la derecha”.
Por su parte, el primer expositor, Boaventura Do Sousa Santos, propuso cuatro desafíos para las fuerzas progresistas: “Debemos reimaginar las movilizaciones sociales en las nuevas condiciones; refundar las izquierdas a partir de la autocrítica, dialoguen y sean parte de las periferias, que estén en los territorios todos los días; buscar y proponer alternativas para el modelo económico; y pensar y hacer cosas nuevas, buscar un modelo de consumo alternativo, enfrentar la avanzada religiosa y priorizar las economías populares con el horizonte en el Buen Vivir.
Por otro lado, Camila Rocha, expositora de la jornada, relató que “la operación anticorrupción inspirada en las manos limpias de Italia, empezó a atraer resultados y los medios de comunicación le daban mucha atención a eso. Ahí comenzaron muchas protestas en Brasil. La gente comenzó a ponerse contra el sistema político en general. En las protestas el nombre de Bolsonaro empezó a surgir y se volvió el principal nombre que la gente quería ver como presidente en el 2018, la gente lo vio como un político que podría ser contra sistema. Ser algo distinto. La gente quería una respuesta a esa crisis moral y la respuesta conservadora y Bolsonaro ofrecería un resultado. Hicimos muchas investigaciones sobre personas de las clases más populares que votaron a Bolsonaro y lo siguen apoyando, no importa su comportamiento, la pandemia o la crisis económica”.
Finalmente, la jurista brasileña y fundadora de CLAJUD, entregó la relatoría sobre lo discutido en la sesión. “Antes de la pandemia había un momento importante de resistencia en Chile, Brasil, en Bolivia y en todos los países de la región. El Grupo de Puebla puede ayudar a confrontar los poderes mediáticos y las estrategias de comunicación, nos hace falta comunicación para contraponer la estigmatización de las izquierdas”.