A través de la fundación Progresa, el ex candidato presidencial impulsó el seminario “Cómo enfrenta América Latina los desafíos ante la crisis por el Covid-19”, en conjunto con la Fundación Horizonte Ciudadano, que se llevó a cabo el pasado 2 de octubre de manera virtual.
“Claro que vamos a salir adelante”, dijo categórico Marco Enríquez-Ominami el pasado viernes 2 de octubre, durante el seminario “Cómo enfrenta América Latina los desafíos ante la crisis por el Covid-19”, que impulsó a través de la Fundación Progresa, en conjunto con Horizonte Ciudadano, creada por Michelle Bachelet.
“El problema está, y el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero me podrá acompañar mejor, es que América Latina y el Caribe hemos sido más duramente golpeados porque no tenemos un pacto social, no tenemos un sistema de protección social, esta no es una crisis sanitaria, es una crisis social, no es un virus clínicamente abordable, es un virus que tiene que combatirse socialmente”, agregó el ex candidato presidencial del PRO en su intervención en la actividad, en la que también expusieron el exmandatario español; el excanciller de Cristina Fernández, Jorge Taiana; la presidenta de Horizonte Ciudadano, Paulina Vodanovic; y la exjefa de gabinete de Bachelet, Ana Lya Uriarte.
“Eso que suena evidente, como dice Michelle De L´Herbe, que es un experto chileno, es un problema complejamente social y lo que nos golpea muy profundamente es que no estamos de acuerdo en América Latina y el Caribe, y es por eso que la alternancia en el poder, como decía Henry Miller, es aburrida en Europa, pero es de vida o muerte en América Latina”, aseveró Enríquez-Ominami.
“En Bolivia no da lo mismo quien gobierne, en Brasil no da lo mismo, en Argentina no da lo mismo, lo está viviendo Alberto Fernández y Jorge Taiana hoy, no da lo mismo la alternancia porque no estamos en un acuerdo y hay -en términos populistas- un peligro de un ellos y un nosotros, los que entendemos la necesidad de más Estado, ellos que no creen en el Estado, no lo asumen, no lo asimilan, no lo quieren. Sin embargo, cuando gobiernan, lo usan y de la peor manera”, continuó el líder del PRO.
Y aseveró que “aquí en Chile, sepan los invitados extranjeros, que este gobierno ha creado una cosa llamada Prosur, que no es un proyecto integracionista, es un proyecto ideológico que excluye a los gobiernos de izquierda. No tiene lógica porque este virus sí tiene una sola evidencia y es que es clasista, golpea a los pobres, pero además no es ideológico, golpea a izquierdas y derechas. Era el momento, como dice el presidente Ernesto Samper, de desideologizar las relaciones internacionales para politizarlas bien. Aquí estamos en una especie de ley de la selva y en medio de esto, tenemos que avanzar en más comercio interregional, porque el mayor socio de América Latina que es China, que está creciendo al 1% y no al 10%. Necesitamos cuidar las cadenas de valor, porque necesitamos -junto a Argentina- comprar los que los argentinos llaman barbijos y nosotros mascarillas, los precios los necesitamos a través de economías de escala y por tanto de colaboración. Necesitamos aumentar las cadenas de valor y cuidarlas, entre países, entre multinacionales, necesitamos coordinación sanitaria. Y todo eso requiere audacia, audacia y más audacia, y lo que tenemos son gobiernos domésticos que les mienten a sus pueblos y sostienen que solo mirando hacia adentro resolverán sus problemas”.
“América Latina está condenada a ser una sola, ya no es un discurso que nos inspira a las izquierdas, hoy es una necesidad económica, pragmática”, insistió el fundador del Grupo de Puebla”.
Por último, reflexionó sobre la actividad en particular, detallando que “estoy con una fundación que ha creado la presidenta de Chile, Michelle Bachelet; con una exministra y con grandes colaboradores de la centroizquierda. Y estamos reunidos hoy después de 11 años de rupturas sucesivas”.
“Me acuerdo de la novela Los Miserables de Víctor Hugo, en que Jean Valjean era un preso que había pecado, y los Thénardier, una pareja lo torturaban porque desconfiaban luego que alguna vez había robado. Pero era mucho mejor cuidador de una niña, que cualquier orfanato. Se había enamorado sanamente de esta niña que se llamaba Colette. Por eso, le quiero decir al Frente Amplio, al Partido Comunista, a nuestros hermanos que hoy estamos separado y que han cometido el error de no ir a primarias, no se comporten como los Thénardier. Todas y todos tenemos cicatrices y no hemos sido perfectos, pero si nos dedicamos a buscar los pecados de cada uno, voy a encontrar los de ustedes y no nos va a ayudar. La izquierda chilena necesita unidad”, dijo Enríquez-Ominami, agradeciendo –al mismo tiempo- al Grupo de Puebla por “trabajar siempre por la unidad de los pueblos y promover el diálogo entre las fuerzas de la oposición”.
“Porque divididos, ganarán los malos, los adversarios. Unidos, no garantizaremos la prosperidad, pero crearemos las condiciones para eso y Chile, este mejor alumno de América Latina, pero el peor compañero en el pasado, tiene que volver a ser el mejor compañero y no sólo el mejor alumno”, puntualizó el excandidato presidencial.